viernes, 31 de octubre de 2008

Áhmed Uld Abdel Qáder ( Fragamento )

Emprendimos la marcha...

Y la aurora nos sorprendió con las Pléyades,

prestas para la oración de la mañana.

Era un día cubierto de estrellas,

envenenado,

laberíntico,

proclive al espejismo,

un día para los que se beben su sed,

pero el espejismo sólo es un espejismo,

y no hay lugar para los recién llegados...

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