jueves, 30 de octubre de 2008

Tuareg ( De Abdel Bari )





Busca tu mirada


y encuentra lejano


el horizonte.



No hay muros,


ni esquinas,


ni calles sinuosas,


ni chimeneas.


No hay siquiera caminos,


ni árboles


no hay fronteras


que demarquen territorios.


Es tu techo la noche


y tu cama la arena


dorada


a los pies de una duna.


Y mas allá la nada


se pierde en el infinito


sin límites que acoten


tus dominios.


Dueño eterno


del silencio que impera


escribiendo tu historia


en la arena


como siempre


lo hicieron los tuyos.


Hombre de azul


que cubres tu rostro


ante ese sol impasible


que quema y abrasa,


y que abiertas


extiendes las manos


que acogen


al viajero que llega cansado,


y lo ofreces tu té y tu jaima,


a cambio de nada.


Como te envidio tuareg


hombre libre que el en desierto vives


sin muros,


sin limites,


sin casa


y dueño absoluto


del desierto y su magia

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